De 2 a 3 caídas…
Es verdad que la lucha libre está influenciada por la lucha grecorromana, el judo y muchas técnicas cuerpo a cuerpo antiguas, pero los espectaculares lances, golpes y técnicas de los luchadores mexicanos, como Rayo de Jalisco, Octágon o los de actualidad como Místico o Rey misterio, hacen que el mundo reconozca la calidad de nuestros gladiadores, dándonos el privilegio de nombrarla nuestra.
Todo comenzó por aquellos tiempos de la revolución, cuando un ex teniente se sintió atraído por las peleas cuerpo a cuerpo, su nombre fue Salvador Lutteroth, conocido como el padre de la lucha libre. Entre sus aportaciones se encuentra la fundación del Consejo Mundial de Lucha Libre y la ampliación y remodelación de la Arena México, que pasó de poder albergar 4 mil espectadores a 17 mil personas, que gozaban del naciente espectáculo por el año de 1956.
Aunque se tiene que precisar que las luchas son más antiguas de lo que se cree, pondremos de ejemplo a Lutteroth, antes de crear el CMLL, las luchas en México ya tenían por lo menos 100 años de vida, pues en plazas públicas, teatros o plazas de toros, se exhibían peleas grecorromanas o combates de boxeo. Se tienen registros que confirman que durante la invasión de Francia a México se exhibían demostraciones de luchas olímpicas.
Y antes de subirnos al cuadrilátero para descubrir la historia del primer combate de lucha libre oficial en México, vamos a hacer una pausa para saber si eres rudo o técnico. Si a ti te caracteriza la honradez, lealtad y valentía, puedes sentirte orgullosos de pertenecer al grupo de los técnicos, pero, si lo tuyo es ser irreverente, descarado y por momentos te gana la cobardía, tienes un lugar asegurado con los rudos, esta división se crea por naturaleza, ya que en las peleas siempre existen las creencias de la lucha del poder entre el bien y el mal, el héroe y el antagonista, lo bueno y malo, representado por gladiadores.
Ya definido nuestro bando es hora de saber, cuando empezó el primer combate, para ello retrocederemos la historia hasta el 21 de septiembre de 1933, cuando los periódicos importantes de México daban paso a la nota principal, el gran estreno de la primera temporada de lucha libre era esa noche una realidad. En el cartel se anunciaba la pelea oficial: Yaqui Joe un sonorense, campeón mundial de peso ligero contra el excampeón de la marina Bobby Sampson, por cierto, esa noche Yaqui salió victorioso.
Los años pasaron y la lucha creció y creció hasta llegar a la época dorada, los años 50, donde un súper héroe mexicano, conocido por todos como el Santo, abarrotaba no solo las arenas de lucha, sino también las salas de cine, los exhibidores con imágenes y posters del peleador e historietas, todo reflejo del buen paso que tenía por aquellos años la lucha libre en México.
Sin embargo, con el pasar del tiempo, la afición y las nuevas generaciones encontraron otras distracciones, los recintos se empezaron a vaciar y los espectáculos no volvieron a ser lo mismo, en un intento por rescatar el espectáculo que ofrecían los luchadores se creó la AAA, una empresa contra parte de la CMLL quien trajo nuevos luchadores, en un principio la idea gustó, lo que hizo que incrementara la audiencia de lucha libre por televisión, sin embargo, con las nuevas tecnologías, la lucha fue quedando atrás. Estas dos empresas referentes del espectáculo han hecho alianzas con cadenas estadounidenses y japonesas para no quedar en el olvido.
Pero no todo es tristeza, pues sabemos que la lucha libre en México no desaparecerá, pues más que un deporte es sin duda una parte de la cultura popular mexicana. ¿Quién no ha intentado recrear un vuelo?, ¿quién no se dio un golpe en el pecho simulando valentía? muchos dijimos frases de nuestros peleadores favoritos y otros tantos nos pusimos las icónicas mascaras para salir a combate.