19 de Septiembre, 1985, 7:19am
Pudo ser un jueves cualquiera, pero este día marco la historia y la memoria de la Ciudad de México y de todos sus habitantes.
La tierra se movió casi por cuatro minutos, que debieron parecer eternos, y la cara de esta Ciudad cambió para siempre. Hospitales y hoteles desaparecieron, los grandes conjuntos habitacionales, imponentes emblemas del modernismo arquitectónico mexicano, colapsaron ante la fuerza de la naturaleza.
La ciudad cambió, seis meses después del terremoto se habían demolido 152 edificios cuyos daños eran irreparables, los escombros se encontraban por todas partes y colapsaban vías de transporte importantes, el abastecimiento de servicio eléctrico se detuvo, se afectaron 32 estaciones del Sistema de Transporte Colectivo metro, escases de agua y la red de agua potable contaminada con la sangre de las victimas, y podríamos continuar.
El gobierno fue criticado por su lenta respuesta ante la catástrofe, por lo que la población se organizó y formó grupos de rescate para sacar de los escombros a las incontables víctimas. Más allá del terror que significó este acontecimiento para los capitalinos, queremos recordar este día como aquel en que la población se organizó y se ayudo, sin importar de qué colonia eras o a qué te dedicabas.
Con esta última idea, el poder de una sociedad organizada, presentamos algunos objetos de nuestra colección.
