VERACIDAD DE LA LUCHA LIBRE
La veracidad de la Lucha Libre siempre ha sido cuestionada, entre los límites del espectáculo, el deporte y el ritual colectivo. Los movimientos dentro del ring adquieren una dimensión dramática, los golpes, vuelos y caídas se encuentran maximizados, para provocar reacciones sensoriales en el público. Los objetos que representan las victorias en los combates, aparecen como testigos de la tragedia: máscaras arrancadas del rostro, cabelleras cortadas de tajo, identidades reveladas violentamente.
Los movimientos de la Lucha Libre están basados en la lucha grecorromana, la lucha olímpica y la intercolegial, con elementos del judo y otras artes marciales. Entre los movimientos particulares destacan las llaves, los candados, los lances, vuelos y castigos. La ejecución de estos movimientos exige una ardua preparación deportiva, ya que el más mínimo error puede tener consecuencias fatales.
Las reglas que rigen al cuadrilátero son de común acuerdo. El fin último de la Lucha Libre es la canalización de la violencia colectiva, el ser un espacio de desfogue y de provocar experiencias placenteras que reafirman la identidad colectiva.