TEATRO KABUKI
Origen del teatro se remonta a los rituales mágicos relacionados con la caza y los ciclos agrícolas, muy similar a la pintura rupestre es así que podemos considerarlo como una forma de manifestación sagrada como factor común en todas la civilizaciones.
La máscara como un elemento recurrente en todos los teatros, tanto de las civilizaciones occidentales como las orientales. En el teatro oriental son mucho más protagónicas la danza y la música, quedando en segundo plano la actuación en sí. El teatro Nö (siglo XV), es el antecesor del teatro Kabuki, el más popular y que apela más a los sentidos que al razonamiento delas obras.
Podemos ver al teatro oriental como obras unificadas, es decir que incluyen casi todas las artes (música, danza, literatura), lo que en occidente Richard Wagner y Antonin Artaud llamaron “teatro total” que definía el concepto de “la vida tomada por sorpresa o al ser humano atrapado en su propio acto teatral” y que según estos teóricos y artistas, estaba presente ya en la tragedia griega.
A diferencia del teatro occidental, en oriente la formación del actor va más enfocada a lo performativo, a la expresión y al dominio del cuerpo y el espacio, más que a aspectos psicológicos. Los trajes son un elemento muy importante, muy similar al Cosplay contemporáneo, tanto vestuario como maquillaje representan un arte en sí mismo, son propiedad del autor y en el teatro más tradicional, pasaban de padres a hijos.
Existen elementos adicionales que hacen del teatro Kabuki una disciplina que interactúa más con el público que el teatro occidental, por ejemplo el hanamichi o camino florido, una calzada que llega hasta la audiencia y que se utiliza para las entradas y salidas dramáticas.
La estética que acompaña a este arte es icónica de la cultura japonesa y ha influido el diseño que de aquí emerge, desde la publicidad más masificada hasta el gran arte y los objetos cotidianos, como los presentados en la exposición Diseño Japonés Hoy/100.