LUCHA LIBRE Y NUEVOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El periodo que va de 1940 hasta 1970 es considerado como la época de oro de la Lucha Libre Mexicana, periodo que coincide con el florecimiento de otras industrias culturales en el país: la industria musical, particularmente la radio, el cine y los inicios de las transmisiones televisivas.
Desde su establecimiento, la Libre se ha sometido a las leyes de mercado y a dinámicas de comercio y distribución cambiantes. En los años treinta con la creación de la Empresa Mexicana de Lucha Libre se establecieron las primeras formas de distribución y comercio que definirían las siguientes dos décadas, las funciones en arenas especializadas, el cartel como medio de difusión principal, los equipos y máscaras como seña de identidad. En los años cuarenta la lucha invade el medio impreso, con la crónica deportiva en diarios y revistas especializadas, La Afición, Box y Lucha, El Halcón, Lucha Libre, entre otras, como medio de difusión principal y la historieta de luchadores como género emergente.
La radio tradujo la crónica escrita al medio auditivo, pero nunca pudo capturar el atractivo estético de las funciones de Lucha. Para los años cincuenta la Lucha Libre presentó nuevas formas de difusión y de narrativa, que escapaban al dominio tradicional de este deporte, en esta década empiezan las transmisiones televisivas de Lucha Libre, en la Arena Televicentro y en La Arena Coliseo. En 1952 se exhibe en cines la primera película de luchadores, La Bestia Magnífica dirigida por Chano Urueta. Estos medios audiovisuales implican una audiencia diferente, ya que en estas fechas no todos podían adquirir un televisor, se trataba de un consumo dirigido a las clases medias y altas. Otro factor importante es que la televisión se transmitía en vivo, sin ningún tipo de edición o modificación. La definición del luchador cambia con el cine de luchadores, ya no es sólo un deportista, es también un actor y figura mediática.
