El Calzado
La aparición del zapato data desde las civilizaciones antiguas, hay evidencias que muestran que la historia del zapato comienza a partir del año 10.000 a.C. Entre los utensilios de piedra de los hombres de las cuevas, existen diversas herramientas que servían para raspar las pieles, lo que indica que el arte de curtir el cuero es muy antiguo.
Se sabe que, en Egipto sólo el faraón y los dignatarios podían llevar calzado, usaban calzados como sandalias y zapatos de cuero más sencillo (a pesar de los adornos de oro).
Los Griegos llegaron a lanzar moda como la de modelos diferentes para el pie izquierdo y derecho, adaptaron los zapatos a todo tipo de pie y actividad: para guerreros, para sacerdotes, etc.
En Roma el calzado se convierte en símbolo de estatus o en amuleto para la buena suerte.
Ya en la Edad Media es cuando se produce un cambio en el uso que se le da al calzado.
Comienza a cobrar fuerza el gusto por lo estético y empieza a ser un elemento para ensalzar las virtudes o tapar los posibles defectos en los pies.
Luis XIV es quien pone de moda el zapato de tacón con el fin de disimular su corta altura, pero para la Revolución Francesa, se busca un zapato más cómodo, cediendo así su paso al zapato plano.
A mediados del siglo XIX comienzan a aparecer las máquinas para auxiliar en la confección de los calzados. A partir de la cuarta década del siglo XX, grandes cambios suceden en las industrias del calzado; como el cambio de cueros por gomas y también materiales sintéticos, principalmente en los calzados infantiles y femeninos.
En los años 50 regresan los zapatos altos como los mocasines, las altas plataformas y el tacón de aguja, mostrando así la tendencia que marcaría nuestro presente.