Día Internacional de la Publicidad
Gilles Lipovetsky dice que “… las tendencias hacia el desvío que pueden observarse en la expresión contemporánea, son en su mayor parte inconscientes o incidentales; y es en la industria publicitaria, más que en la decadente producción estética, donde uno puede encontrar los mejores ejemplos”
Con esta observación, él mismo propone tres leyes sobre el uso de estos “desvíos”, leyes que serán retomadas por la publicidad contemporánea y a partir de las cuales podemos comprender su eficacia y alcance:
- El elemento tergiversado periférico contribuye más a la impresión global y no los elementos que directamente determinan la naturaleza de esta impresión.
- Las distorsiones deben ser tan simples como sea posible, ya que la fuerza principal está en la afinidad directa con la conciencia o en la vaga recreación de los contextos originales.
- Es menos efectiva la tergiversación que más se aproxima a una respuesta racional.
Estas leyes son las bases en las que se fundamenta la publicidad masificada, y de acuerdo al planteamiento de Lipovetsky, dicha publicidad se ha convertido en una forma de comunicación legítima y accede a un nivel artístico al insertarse en los museos, ya sea como carteles, postales o en exposiciones donde ella misma es el tema principal.
La publicidad se encuentra en todos lados, entre sus funciones está el informar al consumidor sobre los beneficios de adquirir un bien o servicio, pero sobre todo, motivar a adquirirlo. La presencia de esta disciplina en nuestra cultura es innegable, por eso y desde 1936, se celebra el Día Internacional de la Publicidad, como un espacio para estudiar sus alcances y limitaciones.