Cajas de cartón
Las diferentes palabras que se usaron para denominar a los contenedores de cartón en distintos países y épocas, hacen difícil determinar cuándo se empezó a utilizar como un material de empaque.
Se sabe es que en el siglo XVII los boticarios vendían cajas pequeñas y baratas, hechas de madera, como pastilleros y hasta el siglo XIX era difícil distinguir entre madera y cartón, ya que estas cajas se forraban con papel decorativo.
A principios del siglo XVIII surgieron las primeras fábricas productoras de cajas, anteriormente manufacturadas por artesanos, quienes las armaban y vendían a la gente común, y no a empresarios.
En la década de 1850 ya se contaba con el equipo especializado para armar cajas, y a finales de la década de 1870 se inventó la primera máquina que cortaba y plegaba el cartón al mismo tiempo. Así nacieron las primeras cajas plegables, hecho que perfeccionó el desarrollo de la industria del cartón.
A finales del siglo XIX existían más de 800 patentes relacionadas con cajas plegables, siendo las de las cigarreras las más fructíferas. Desde entonces, era evidente que el hábito del cigarro significaría mucho, tanto para la industria del papel como para la de las cajas de cartón.
Adaptación del texto original de la exposición Nostalgia de lo Cotidiano, del Museo del Objeto del Objeto.