Arquitectura mexicana y color

El color en la arquitectura sirve para producir ciertos efectos visuales y evidenciar volúmenes o detalles constructivos, al mismo tiempo estimula los sentidos generando sensaciones y emociones. En las ciudades, la arquitectura determina el paisaje y el color juega un papel sumamente importante.

La arquitectura mexicana está íntimamente ligada al color y la paleta generada a partir del siglo XX esta asociada con vivacidad, espiritualidad, pero también con identidad.

La búsqueda de un color procedente de lo natural que se asociara con el entorno local y el paisaje nativo, fueron parte de los experimentos con color de Juan O`Gorman. Posteriormente los ejercicios de integración plástica de la primera mitad del siglo XX en donde arte y arquitectura compartían paleta y significados, fueron fundamentales para asociar la arquitectura moderna y el color. Luego vinieron los principios básicos de Luis Barragán y su entendimiento del color como una herramienta para modificar el espacio. El uso del color como valor local, al tiempo que como marca internacional fueron propios de la obra monumental y arquitectónica de Mathias Goeritz, mientras que Ricardo Legorreta supo integrar el color, asociado con la tradición vernácula y popular mexicana, a sus estructuras industriales, a sus obras públicas y también a sus casas unifamiliares y ambientes domésticos.