Un ícono de la moda. Chanel n°5
A Coco Chanel los perfumes de su época no le gustaban, probablemente porque se encontraba marcada cierta tendencia en ellos: los aromas con la esencia pura de una flor estaban destinadas a mujeres respetables y de alta sociedad, los perfumes “provocativos” cargados de almizcle o jazmín eran destinados a mujeres cortesanas, prostitutas del semi-monde.
Siendo un ícono de la moda, de ruptura de tradiciones, de la liberación de la mujer decidió encargar su propia fragancia: “un perfume de mujer con olor a mujer”, que encarnara la joven a la moda, elegante, liberada, trabajadora e independiente.
La tarea fue encomendada a Ernest Beaux, quien en 1921 le presentó varios frascos teniendo entre ellos el No.5, y vino a revolucionar no sólo las fragancias sino los contenedores.
El recipiente: plano, de cristal transparente, su etiqueta pequeña y rectangular en blanco y negro es un símbolo de elegancia, innovación y exclusividad. Su aroma está compuesto de más de 80 elementos siendo los principales el jazmín de Gresse, aldehído, flor de naranjo amargo, rosa, sándalo, vainilla y vetiver.
Chanel decía que una mujer debía perfumarse ahí donde quería ser besada y Marilyn Monroe, al preguntarle qué se ponía antes de acostarse a dormir en una entrevista, contestó: “unas gotas de Chanel No. 5”. No hay que bañarse en perfume, ese es un error, sino ponerlo en el lugar correcto: detrás de los oídos, muñecas, corvas, cuello y codos.
Se cuenta que pese al alto costo que tiene éste prestigioso perfume aún se vende una botella cada 55 segundos, ¿a qué se deberá la longevidad y duración de ésta fragancia?