Los 3 Reyes Magos
Desde el siglo VI, se distingue a los Tres Reyes Magos ataviados al estilo persa en el mosaico de San Apollinaire Novo en Rávena, Italia, representando a tres edades y a las tres razas de la Edad Media: Melchor representa a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos.
Diversas culturas y religiones difieren en el número e identidad de estos personajes, sin embargo, en el siglo III se determinó que por los regalos que llevaban y por la forma en que iban vestidos, ostentaban la categoría de reyes.
Fue en España donde se inició, a mediados del siglo XIX, el culto a la figura de los Tres Reyes Magos con una cabalgata, tradición que fue extendiéndose también hacia otros países de cultura hispana.
La palabra mago proviene del persa que significa sacerdote. De ahí pasó al latín y al griego con la hermosa leyenda de una casta de sacerdotes que buscaban a Dios entre las estrellas.
La figura católica de los reyes magos aparece por primera vez en el Nuevo Testamento en el Evangelio de San Mateo, refiriéndose al nacimiento de Jesús, donde siguen una estrella en Belén para conocer al Rey de los Judíos, ofreciéndole como presentes oro, incienso y mirra.
En los países de Hispanoamérica existe la tradición de dejarles un regalo a los niños en la medianoche del cinco de enero a nombre de los Tres Reyes Magos, en remembranza de los que le dieron a Jesús en su nacimiento. En las vísperas, se acostumbra merendar la tradicional rosca de reyes con un espumoso chocolate. El afortunado que se saca el “muñequito” se compromete a preparar tamales y atole para todos los presentes el día 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Los Tres Reyes Magos sincretizan historia y religión en una festividad que une a diversas culturas en una celebración trascendental en el devenir de muchos países.