Las Especias

Las especias han servido para darle un acento especial a los sabores en algunos platillos de las culturas del mundo. La ruta para transportar esas esencias desde Oriente a Europa era conocida como la Ruta de las Especias y pronto se acostumbraron los europeos al sabor de éstas, pues cuando Constantinopla (actual Estambul) cayó en manos de los turcos, tuvieron que idear otra ruta que iba desde las  Islas Molucas, pasando por África, la Cuenca Mediterránea, China e India, antes de llegar a los compradores.

Las especias se consideraban un producto precioso, pues se pagaba su precio en oro y se gastaban grandes fortunas para traerlos desde el lejano oriente. Incluso el viaje que Cristóbal Colón realizó no fue en busca de nuevas tierras, más bien estaba explorando caminos para llegar al sureste del continente asiático, la fuente de las especias.

La canela, por ejemplo, proveniente de la India Occidental y Sri Lanka, es un estimulante cardiaco y digestivo que puede ser utilizado como remedio para la tos, disminuir la fatiga y el estrés, así como estimulante del apetito sexual. En la cocina se utiliza para la salsa “curry” y aromatizar algunos postres, como el arroz con leche.

El anís, que ya se utilizaba en Babilonia, cerca de dos mil años antes de Cristo y que después se cultivó en Egipto, tiene grandes beneficios digestivos, expectorantes y descongestionantes con propiedades antioxidantes que constituyen un remedio natural contra muchas enfermedades. El anís tiene un sabor dulce y se utiliza en la elaboración de bebidas alcohólicas, en productos lácteos, gelatinas y caramelos.

El regaliz, procedente de Europa mediterránea y de Asia menor, es una hierba perenne cuyos usos medicinales son muy diversos y se puede encontrar en farmacias y herbolarias. Es una planta anti-inflamatoria y antiácida que previene la pesadez, los gases y la indigestión; protege al hígado, al aparato respiratorio y es un antidepresivo natural, además de que es un coadyuvante muy efectivo en la terapia para dejar de fumar, ya que además de sustituir el hábito oral del cigarro, hacen que el gusto del tabaco resulte desagradable.

En la naturaleza encontramos todas aquellas hierbas, polvos, extractos, aromas con propiedades curativas, medicinales que le confieren una esencia y sabor a nuestra existencia en este mundo.