La Lotería Nacional
La Lotería Nacional tiene sus antecedentes en la Real Lotería General de la Nueva España, fundada en 1771 y que se basaba en la lotería del reino de Nápoles. El propósito de ésta era que los fondos recaudados de utilizaran en el Hospicio de Pobres. Este tipo de iniciativas se copiaron en muchos conventos y parroquias, buscando ayudara los más necesitados.
Entre las muchas loterías que existían durante los últimos años del Virreinato, existía también la Lotería Auxiliar de Obras Públicas, que ayudó a terminar el alcázar del Castillo de Chapultepec y el Santuario de la Virgen de Guadalupe. También se crearon loterías para combatir a los insurgentes durante la guerra de Independencia.
En contraste y posterior a esta guerra, la Lotería Nacional se fusionó con la Academia de San Carlos y utilizó los ingresos para comprar obra, dar becas y traer importantes maestros a México, quienes contribuirían más allá de las aulas, generando obras pictóricas y arquitectónicas que sirvieron para consolidar la ideología mexicana y la idea de modernidad a mediados del siglo XIX.
Hacia finales de siglo, la Lotería Nacional ayudó a financiar varios proyectos de nación, aunque el hecho de ser exclusiva o ser parte de muchas otras, dependió del presidente en turno. Fue hasta 1920, cuando Adolfo de la Huerta la restableció con el nombre de Lotería Nacional para la Beneficencia Pública.
En 1934 se iniciaron las obras de construcción de su emblemático edificio “El Moro”, obra de José Antonio Cuevas. Se inauguró en 1946 y podemos considerarlo un ícono del modernismo mexicano, desde su estética hasta su estructura. Así mismo, en este edificio se realizó la primer transmisión de televisión en 1950, haciéndolo aún más representativo de la época.
Otro símbolo de la Lotería Nacional son los “niños gritones”, encargado de cantar los números ganadores; los primeros en hacer esto fueron ocho niños huérfanos del Hospicio de Pobres, posteriormente fueron los “niños del Ejército”, hijos de aquellos que pelearon en la Revolución; después la estafeta pasó a los hijos de trabajadores de la lotería. En la actualidad el trabajo está abierto para cualquier niño o niña.
Los billetes y bonos de la Lotería Nacional también son un objeto memorable, no solo para esta institución sino para la historia de México. Con un diseño muy peculiar, estos billetes y bonos responden a su época. Siempre hacen alusión a un personaje del momento y, a partir de ellos, podemos conocer otra historia de nuestro país.