Juegos de Mesa
Cuando el sabio Sissa le presentó el juego de ajedrez al rey Sheram, quien gobernaba un lejano país de Oriente, éste quedó tan encantado que le dio la oportunidad de que eligiera su recompensa. El sabio determinó que en la primera casilla del tablero hubiera un grano de trigo, en la siguiente la duplicaría a dos, luego a cuatro y así sucesivamente.
El monarca creyó que ésta era una petición sencilla de cumplir, pero pasó una semana para que sus matemáticos calcularan la suma de 18 446 744 073 709 551 615 granos de trigo. Es decir, ni la producción mundial actual, cerca de 700 000 toneladas métricas, alcanzarían para satisfacer la demanda del sabio.
Las piezas de juego más antiguas fueron encontradas en el sureste de Turquía, con 5,000 años de antigüedad, constaban de 49 pequeñas piedras talladas con pinturas. Objetos similares han sido hallados en Siria y en Irak, por lo cual se piensa que los juegos de mesa se originaron en el período del Creciente Fértil, -área comprendida por los territorios del Levante Mediterráneo, Mesopotamia y Persia, donde surgieron las primeras ciudades con el desarrollo de la agricultura.
El azar, como elemento fundamental en el juego, fue tomando forma a manera de pequeños palos pintados por uno de sus lados, que se lanzaban al aire para determinar los turnos. Fue así que fueron surgiendo los dados, que se hacían en Mesopotamia en diversos materiales como hueso, madera, piedra tallada y caparazón de tortuga, hasta que en Roma adoptaron una forma muy similar de seis lados como el que usamos actualmente.
El destino era un concepto muy importante para los egipcios y se han hallado tableros del juego Senet en las tumbas de los faraones, pues se creía que el buen porvenir los favorecería en su viaje al más allá. Un buen jugador estaba protegido por los dioses Tot, Osiris y Ra. Incluso el juego Senet se menciona en el capítulo XVII del Libro de los Muertos.
De los palacios de la realeza, los juegos de azar pasaron a la clase trabajadora, popularizándose el Mehen, cuyo tablero estaba representado por la figura de una serpiente enrollada y el Juego Real de Ur, el cual se creía que había muerto, pero se encontró un juego idéntico en la India de hoy. De este juego se han encontrado un set en las tumbas reales de Ur, en Irak, así como en la tumba del faraón Tutankamon.
Del Backgammon se han encontrado un predecesor con las reglas casi idénticas cuyo nombre era Ludus duodecim scriptorum en la era del Imperio Romano y hacía alusión al tablero con 24 puntos –doce de cada lado- con 15 fichas para cada jugador y el uso de del dado con seis caras. La diferencia estriba en el uso de un dado extra y que actualmente todas las fichas ya están en el tablero.
El Backgammon tuvo un gran auge en la década de los sesenta, cuando el Príncipe Alexis Obolensky El Padre del Backgammon Moderno fue uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Backgammon, publicó las reglas oficiales del juego y organizó el primer campeonato mundial en marzo de 1964.
Lizzie Magie creó el juego The Landlord´s Game en Estados Unidos en 1903. Un juego que demostraba los efectos de la especulación cuya patente vendió por quinientos dólares a Parker Brothers, quienes lo comercializaron con el nombre de Monopoly.
En cada cultura, en cada tiempo ha surgido el juego de mesa en donde es necesario aplicar el ingenio, la perspicacia y el raciocinio, además de la intervención insospechada del azar que hay que saber aprovechar. Muy parecido a la vida misma. ¿No lo cree usted?