Elefantes, los gigantes amenazados

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Una manada de elefantes formada por 20 miembros busca desesperadamente un refugio lejos de las civilizaciones, al adentrase a su hábitat luchan constantemente con las armas de los hombres que día a día acaban con los 500.000 ejemplares aún con vida, mientras que en los mercados negros un sólo colmillo de estos gigantes se venden hasta por 110.975,62 pesos.

De lado quedan las grandes habilidades físicas y emocionales del mamífero más grande del mundo, al ser un animal sociable y tener una memoria incomparable, los elefantes han empezado a comprender el dolor de la muerte, velan a sus miembros caídos en una especie de funeral, lloran y tienen expresiones de dolor, también muestran compasión por los más débiles y constantemente ayudan a los heridos.

Contra las armas de los despiadados cazadores quedan neutralizados las más de 8 toneladas que pueden llegar a pesar y los 3 metros de largo que promedian. La situación desesperante ha traído consigo la regulación de unas cuantas leyes, como la propuesta en 2015 en México que prohíbe el uso de animales en espectáculos circenses. Pero esto de poco ayuda, si volteamos a ver la realidad de los ejemplares africanos, descubrimos que podrían ser los últimos gritos de ayuda por salvar a un animal tan magnífico.

31 años han bastado para reducir la población de elefantes de bosques en un 86% y la de la sabana africana en un 60%, cifras que alarman a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sólo para ejemplificar el daño que hemos causado, comparamos  la ficha de especies hace unos años donde los elefantes se catalogan como vulnerables, pero debido al creciente número de ejemplares muertos su estatus pasó a “peligro crítico”.

Ante este panorama existe una pregunta que sobresale de todas las demás ¿Qué podemos hacer?  Expertos de la UICN tienen una postura fija y corta “dejarlos en paz”, aseguran que respetar su hábitat y delimitar las zonas de expansión para cultivo garantiza que los ejemplares regresen a su medio ambiente, además agregan que las políticas contra la caza furtiva y el endurecimiento de las mismas podrían frenar su persecución. Estas medidas se han aplicado en República del Congo o Kavango-Zambezi donde se ha registrado asentamientos de elefantes, inclusive las especies de la sabana africana se han empezado reproducir con mayor facilidad, estos hechos abren un umbral de esperanza a mantener con vida a una especie espectacular.

Rumbo al difícil camino por corregir estos problemas, México se suma con un santuario para animales en peligro de extinción, El Santuario Ostok Animal Protection & Sanctuary,  inaugurado por el elefante Big Boy que ya es una celebridad en redes sociales, debido a la documentación de sus actividades diarias.

Vivimos en un mundo con una gran biodiversidad, donde cada especie por pequeña o grande merece un valor único, así como cuidados y garantías que protejan sus derechos. La naturaleza no puede cambiar por ser amenazada, estos elefantes han dejado de nacer con colmillos debido al estrés que sus generaciones padecieron, tenemos que hacer conciencia y aportar un granito de arena, para juntos construir un mundo lleno de vida.

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