¿Cómo se originó el calendario?
Desde de las grandes y primeras civilizaciones, medir el tiempo ha sido parte fundamental dentro de la historia de la humanidad, hoy en día es una herramienta necesaria para la mayoría. Por esta razón les platicaremos sobre la historia del calendario, este elemento que beneficia a nivel mundial y ayuda con un sinfín de actividades.
Comenzaremos a explicar las cosas que son evidentes, como los días que son ciclos naturales y que no se tuvieron que inventar, los seres humanos desde la prehistoria ya se daban cuenta que la luna cambiaba su forma a lo largo de los días y que volvía a su forma completa en cierto tiempo—a este fenómeno natural le conocemos como ciclo lunar—. Los antepasados se percataron que,
la luna, el sol y los astros también tenían variaciones que coincidían con las temporadas de calor, frío, lluvia y sequía —que conocemos como año tropical o solar—.
Así, desde la edad de piedra, por medio de estos métodos como: el día, el ciclo lunar y el año solar surgieron los primeros sistemas de medición del tiempo o calendarios. Pasando a como surgieron las semanas, se cree que se obtuvieron al dividir el ciclo lunar en cuatro etapas de la misma, siendo un total de 28 días entre cuatro que daba como total 7 días. Pero también se le otorga al origen bíblico, del libro sagrado del Génesis, donde dice que Dios creó el
mundo en seis días y en el séptimo descansó, así entendemos que la primera semana del principio de los tiempos tuvo siete días.
Al ser un tema tan extenso por las diferentes costumbres, culturas, años y modificaciones a lo largo del tiempo, nos enfocaremos al calendario gregoriano que a nivel mundial utilizamos. Este calendario se originó en Europa y su nombre surge en honor al Papa Gregorio XIII (1505-1585), quien fue importante promotor a través de la bula papal Inter gravissimas en 1582 y quien con ayuda de los matemáticos de esa época realizaron ajustes a lo que entonces era el calendario juliano —realizado por el político romano Julio César en el año 46 a.C.—
Este nuevo método que, se implementó para el nuevo calendario, resolvió problemas de exactitud: dando al año los 365 días y cada cuatro años uno bisiesto, que consiste en incorporar un día más al mes de febrero. Esto por el hecho que la tierra no tarda los 365 día en dar la vuelta al sol, sino 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. ¡Te imaginas! tras varios estudios realizados matemáticamente se dice que deberá haber un adelanto de ½ minuto cada 3, 300 años —que en tiempo de vida humana no parece significar mucho— pero a largo tiempo podría haber, por la velocidad de rotación de la tierra. Así que, muy
lejos de llegar, nuestro calendario puede que necesite nuevos ajustes para recuperar la exactitud del tiempo.
Actualmente en todo el mundo existen diferentes tipos de calendarios, como lo son: el chino, el hebreo, el hindú, el musulmán, el persa, el budista. Pero el más exacto seguirá siendo el gregoriano que ayuda a controlar muchas actividades, desde los husos horarios, la implementación de actividades escolares, el registro de todos los días del año, datos astronómicos e indicaciones relativas a las fiestas religiosas y civiles, vacaciones y todo tipo de información útil
para la humanidad.