Agua para Nescafé
A nivel mundial, México se encuentra entre los cinco países con mayor producción
de café; sin embargo, resulta curioso que el consumo promedio de los mexicanos
es de los más bajos. Las estadísticas no paran con eso, de los compatriotas que
beben café, la mayoría lo consume en presentación instantánea o soluble.
Sin duda una de las marcas que más ha contribuido en su distribución es Nescafé,
un producto de Nestlé. Este producto apareció en el mercado en la década de los
30, debido a la sobreproducción de café brasileño, la empresa Nestlé consiguió del
gobierno concesión de la explotación de este café y desarrolló un método para su
conservación, el cuál consistía en crear “café en cubos”, que se pudieran disolver
fácilmente en agua y que conservaran el sabor y el aroma.
Aparecía así el café instantáneo, que era producido mediante la extracción del agua
del café tostado, dejando solamente los sólidos en forma de polvo o granulado que
es fácilmente disuelto en agua. Esta forma del café fue presentada por primera vez
de forma comercial por Federico Lehnhoff.
Posteriormente la técnica se perfeccionó y para 1938, Max Morgenthaler creó el
café instantáneo para Nescafé. Fue lanzado el 1 de abril de ese mismo año en Suiza,
después se comercializó por Francia, Inglaterra y Estados Unidos; Nescafé fue tan
importante y popular gracias a que se convirtió en parte de los suministros que el
ejercito estadounidense consumió durante la Segunda Guerra Mundial,
manteniéndolo presente también en el mercado europeo; para la década de los 50
era uno de los productos favoritos de la juventud occidental.
Al ser un producto y una marca que ya se habían alojado en el gusto y memoria de
la sociedad, la compañía Nestlé pudo ocuparse de la presentación, así que en la
década de los 60 se empezaron a preocupar por el empaque; se cambió la lata por
el frasco de vidrio, buscando que los procesos de conservación mejoraran. Esto
también tiene mucho que ver con la aparición en el mercado de otras marcas de
café instantáneo.
La facilidad para conseguir este producto, además de ser el primero en
comercializarse, hizo que Nescafé se convirtiera en el referente para cualquier café
soluble o instantáneo, convirtiéndolo en un producto icónico de la cultura del siglo
XX