ROMA: de los años 70 a los premios Oscar

ROMA: de los años 70 a los premios Oscar

Se aproxima una de las ceremonias más importante de la industria cinematográfica: la 91ª entrega del Oscar que se celebrará en el Dolby Theater de Los Ángeles este domingo 24 de febrero. Como es bien sabido, ROMA, de Alfonso Cuarón ha obtenido gran reconocimiento a nivel mundial y no dudamos que sus éxitos continúen.

Esta cinta logró que muchos de los espectadores, en especial mexicanos se adentraran en la historia, ya que algunos de los sitios que se presentan durante la película resultan familiares y entrañables. Hace que muchos añoren darse una vuelta por la ROMA, saber de su historia, sus calles, su arquitectura, sus museos, pero, sobre todo que saber de su gente.

Bajo los esfuerzos marcados de Porfirio Diaz por traer a México un sistema europeo funcional y la demanda latente de una sociedad creciente, la colonia ROMA vio la luz en 1902, con su marcada clase alta y su burguesía, fue inicialmente vestida con casonas, palacetes y haciendas, para poco a poco, también recibir a una nueva clase media que la pobló de amas de casa, niños, perros, como “el borras” y servidumbre como Cleo.

Al caminar por las calles de la Roma uno encuentra una mezcla de Arte Déco, casas neocoloniales, eclécticas; mercados, plazas, camellones y edificios vanguardistas, que le otorgan a esta colonia distinción y dinamismo, una ventana al tiempo bien formada entre lo que fue, lo que se queda y lo que viene.

Quizá de ahí provenga la magnífica visión de retratar ROMA de Cuarón, la misma visión que en su momento tuvo, Reyes Espíndola y su equipo, allá por finales del siglo XIX y principios del siglo XX dirigiendo, El Mundo Ilustrado. Una mirada a la vida social, cultural, política de un México total.

Si visitas la Roma encontrarás un sinfín de cosas por hacer, puedes visitar lugares emblemáticos como la plaza Río de Janeiro , el edificio Balmori o  el Templo de Romita; no puede faltar la parada obligada en la casa de Colima 145 esquina con Córdoba, hoy el MODO y terminar tal vez en la iglesia de la Sagrada Familia.  Mientras caminas, podrás ir hablando de la otra ROMA que vimos en la película a blanco y negro, de los niños jugando con pistas de carreras, de los perros, los sonidos de la calle, como el de aquel “bochito”  o el afilador y su sonido inolvidable, todo esto que le es familiar a un mexicano.

Por eso es que uno se siente ganador, aun sin premios o nombramientos, porque no importa si eres de aquí, del norte o del sur, de otro estado o quizá de otro país, lo cierto es que ROMA es el reflejo de la lucha de la mujer, del crecimiento de este país, de la cultura completa, de Alfonso Cuarón describiéndonos, aquí todos entran y sólo por eso ¡ya ganamos!

Al final, no es extraño que ROMA sea el anagrama de AMOR.

 

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