Bailar es mi más grande pasión … pero para bailar tango se necesitan dos. La cuarentena cerró los salones de baile y el tango se ha vuelto incompleto, de a uno. Mis zapatillas esperan, como las de Cenicienta, a su otro par para volver a volar en la pista. Sueñan melancólicas, escuchando aquella letra que canta “Uno sueña lleno de esperanzas, el camino que los sueños prometieron a sus ansias…”