Extrañas cosas suceden cuando tu tesoro vive dentro de ti, y solo crece, solo es fuerte, solo te inspira a afrontar la adversidad ante una situación tan ajena y diferente a cotidianidad. Mi tesoro me hace ver la vida con ojos de amor, me da razón, me da alegría, me da impulso, me da carácter, pero a la vez me convierte en un aposento con frágil corazón, pero capaz de fungir como una armadura ante el caos aparente de la existencia humana. Mi alma de llena de plenitud al ser hoy el caparazón de mi tesoro. Una etapa tan “normal” ante los ojos de los demás, pero tan peculiar y disímil para quien es la encargada de hacer subsistir al corazón más afanoso y guerrero con la vida. Veo al ser encargado de sembrar la semillita de tu existencia a mi lado, a tu lado y me retumba el corazón con regocijo y amor pleno. Cierro los ojos para tenerte aún más cerca de mí, escuchar tus latidos y sentir que ya estas aquí, un gracias le debo a mi tesoro, un gracias le debo a la vida. Disfruto del encierro más hermoso de mi vida.