Para mi el confinamiento se traduce en una época de aquietamiento y reflexión. El poder estar conmigo y escucharme, me ha regalado la oportunidad de replantear mi vida y priorizar mis sueños. Con el propósito de no olvidarlos y actuar para materializarlos, realicé un objeto que los resume en una espiral: la mano de Fátima simboliza la fuerza superior, el azul, aquel lugar en el campo en donde deseo lograr vivir; el libro que quiero escribir y publicar, se caracteriza por el rojo. El verde, representa la fotografía que me permite convertir las emociones en imágenes, el naranja, es símbolo de la conexión que existe entre aquel instrumento que me conecta con mi música interior. Al final, todo se conecta con
los “chacras” abrazados por el ámbar que se traduce en espiritualidad. Los demás elementos, contemplan la presencia de mi pareja, la familia, la amistad, mi esencia, la libertad y la abundancia, así como, la inmensa bendición de la maternidad. Este objeto, lo realicé con la profunda convicción de lo que quiero ser y hacer para vivir de manera plena y en continua conexión.