Cuando mi niña era un bebé, comencé un bordado en el que avanzaba mientras ella dormía. Ciertas cosas comenzaron a intervenir y a distraer mi atención, hasta dejarlo de lado por completo. Hoy, 15 años después, gracias al confinamiento, me reencuentro con este bordado olvidado y me decido a terminarlo. Ha sido una gran felicidad lograr dárselo de regalo a esta niña de 16 años después de terminarlo.