Maquillaje y cosméticos

Maquillaje y cosméticos

El concepto de belleza ha estado presente desde la antigüedad, esta noción  se ha ido modificando según el lugar y la época donde se presente. 

Los cosméticos son sustancias usadas para el cuidado, resalte o disimulo de la apariencia del cuerpo humano.  Generalmente son compuestos de sustancias químicas naturales o artificiales. La FDA de Estados Unidos (Food and Drug Administration) define los cosméticos como las “sustancias aplicadas al cuerpo humano destinadas a limpiar, embellecer, promover el atractivo, o alterar la apariencia sin afectar la estructura o función del cuerpo”

La palabra maquillaje proviene del francés maquillage, esta palabra apareció en los teatros franceses del siglo XIX, para referirse a la pintura que se le ponía a los actores en la cara.

La palabra cosmético proviene del  griego “kosmetikē tekhnē” que significa “técnica del vestido y del ornamento”, este término a su vez se deriva de “kosmētikos” que significa: “experto en el ordenamiento y acomodo”.

Las evidencias arqueológicas más antiguas del uso del maquillaje provienen del Antiguo Egipto, de las excavaciones hechas a las tumbas de los faraones con poco más de seis mil años de antigüedad. Se cree que los primeros cosméticos fueron usados por las civilizaciones prehistóricas mucho antes que los egipcios, pero su  uso no está especificado. El uso del maquillaje en la antigüedad se podría relacionar a los ritos funerarios y religiosos. Los cosméticos formaron parte importante de la cultura egipcia y gozaron de una gran diversidad, algunos de los productos que más se utilizaron fueron: cremas para la cara, aceites perfumados, delineadores para ojos, pinturas para el cabello, pintura labial, entre otros. A menudo estos compuestos estaban hechos de sustancias venenosas o nocivas que podían causar graves efectos.

La influencia de los egipcios se hizo presente en las culturas griega y romana por medio del intercambio comercial en el Mediterráneo. En la cultura romana en particular era muy apreciado el uso del maquillaje y los productos cosméticos, a tal grado que en Roma una mujer que no usara cosméticos no era considerada hermosa. Durante este periodo se usaron productos naturales como el romero, la cera de abeja, el agua de rosas, la leche de burra, el hollín y cenizas entre otros. En la cultura romana se había designado incluso una clase especial de esclavas cuyo trabajo era ayudar a sus amos a ser mas bellos, se les designaba “Cosmetae”.

En la edad media el uso del maquillaje decayó, hasta casi desaparecer. El cristianismo veía con malos ojos el uso del maquillaje y las condiciones de pobreza, hambre y enfermedad hacían imposible el uso de cosméticos extravagantes y costosos.

Durante el siglo XII las cruzadas llevaron la influencia del medio oriente a la Europa pre renacentista. Eso incluyó el uso de productos como el Kohl, y los aceites de mirra.

Durante el renacimiento el uso de los maquillajes y cosméticos estaban casi restringidos a la aristocracia. Siendo prácticas comunes la depilación de la frente y los complicados peinados trenzados, en las cortes italianas del siglo XV. Hacia mediados del s. XVI el uso del maquillaje se popularice gracias a Elizabeth I de Inglaterra, el estilo de estas monarca influenció a las cortes europeas en gran medida, con su rostro pálido y labios coloridos.

En los siglos XVII- XVIII existía una obsesión por el maquillaje y los perfumes, celebrando la extravagancia y exageración de las cortes europeas, en especial la francesa. El hombre se maquilla y perfuma al igual que la mujer,  se aplicaba maquillaje dando a la cara una blancura extrema, empolvándose con polvos de arroz o de harina de trigo, las mejillas con un rojo estridente y se perfilaban las cejas, los ojos eran delineados en negro. Los lunares se volvieron de gran importancia en esta época ya que eran considerados estéticos, a veces los pintaban o los hacían con terciopelo.

En la cultura japonesa aparecieron las Geishas, comunes en los siglos XVIII y XIX, el maquillaje lo usaban para potenciar sus rasgos, consistía en un maquillaje blanco que cubre la cara, cuello, pecho y manos; los ojos y cejas son remarcados con polvo de carbón.

Durante el siglo XIX la Reina Victoria declaraba al maquillaje como impropio y vulgar, ya que pensaba que las únicas personas que podían hacer uso apropiado de este producto eran los actores. A finales de este siglo, con la Revolución Industrial se producen grandes avances en el campo de la cosmética. Los avances en las ciencias químicas permiten producir con mayor facilidad, volumen y variedad productos para el cuidado de la apariencia. Los precios de los productos cosméticos fueron mucho más bajos y los compuestos usados en su elaboración eran mucho menos peligrosos. Algunos de los productos más famosos de la época fueron el lápiz labial rojo o Rouge, el polvo facial de zinc, así como las sombras y delineadores de ojos.

El ideal de belleza de este periodo era la piel pálida, las orejas se marcaban de azul, las mejillas se empolvaban de rosa pálido y los labios en un color carmesí.

A principios del siglo XX los productos cosméticos empezaron a ser comercialmente viables, el mercado de estos productos se disparó y para los años veinte se contaba con una diversidad de casa productoras y nuevos productos novedosos e inventivos: El Lip Gloss de Max Factor, la mascara para pestañas de Maybelline, el tinte sintético para el pelo de L’Oreal, y el barniz de uñas rojo de Chanel. La caída de la moralidad Victoriana permitía a mujeres de todas las edades mostrarse en publico usando productos cosméticos.

La influencia del cine pronto se dejo ver en los ideales de belleza femeninos de las décadas siguientes. Varios de los grandes nombres de los productos de belleza se formaron dentro de los estudios cinematográficos: Max Factor, Helena Rubinstein y Elizabeth Arden. Los medios de difusión masiva como la televisión, el cine y la publicidad serán parte importante para que en diferentes décadas se vaya creando un ideal de belleza para la mujer, estableciendo modelos y formas de representar la belleza y el deseo.

En las siguientes décadas se desarrollaron estilos y tendencias particulares que cambiaban a la par de los descubrimientos y las figuras icónicas.

En los años veintes destacó el estilo “Garçon”; los ojos destacaban con kohl los párpados oscuros, morados o negros con forma redondeada, las cejas  arqueadas y los labios en tono rojo intenso con forma de corazón. En los veinte surge la famosa “it girl” Clara Bow, junto con Louise Brooks, Mary Pickford o Dolores del Río.

En los años treinta la mujer pasa a ser más glamorosa, elegante y femenina. Los rasgos faciales se hacen refinados y estilizados, el cabello es corto platinado y ondulado.  La boca se seguía pintando estrecha con un color natural, las cejas se adelgazan y arquean en semicírculo levantando el ojo, aparece el eye-liner (delineador) y se usaban pestañas postizas. La cuenca del ojo se marcaba con sombra de ojos en colores dorado, plateado, combinada con marrón, azul o violeta. Los íconos de esta década son: Jean Harlow, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Mae West,  Ginger Rogers y Katharine Hepburn

Para la década de los cuarenta, la base del maquillaje es clara, los ojos van con un delineado más pronunciado y grueso, con pestañas postizas. La forma de la ceja regresa a su estado natural, la boca resaltaba los labios y su carnosidad. Entre los personajes más representativos podemos mencionar a Ava Gardner, Lana Turner, Vivien Leigh, Bette Davis, Lauren Bacall e Ingrid Bergman.

En los años cincuenta predominan los rostros dulces y refinados. El delineador sigue siendo marcado y sobresale por la parte exterior del ojo, las cejas eran anchas y claras. Los labios se cubren en tonos rosados dando una apariencia dulce y suave. Los grandes iconos de esta década son Marylin Monroe, Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn Sophia Loren y Grace Kelly.

En la década de los sesenta los movimientos sociales, culturales, políticos, científicos y musicales provocan un cambio en las  ideas y en el estilo de vida de la población en general, esto hizo que hubiese muchas tendencias a seguir y diferentes formas de usar el maquillaje. Entre los grandes iconos de la belleza de estos años se pueden mencionar a Twiggy, Veruschka, Edie Sedgwick, Brigitte Bardot, Raquel Welch, Jackie Kennedy y Jane Fonda.

En los años setenta se establecieron varios movimientos que rompieron varios de los esquemas establecidos de belleza. Entre los que podemos mencionar destacan el Glam y el punk. El Glam desdibuja las líneas entre géneros y establece la androginia como norma. El máximo representante de esta tendencia sería David Bowie con sus diferentes personajes a lo largo de la década. El punk es un movimiento que surge a finales de la década y busca romper con todo lo establecido. La estética de esta tendencia es marcada por la diseñadora Vivienne Westwood con el grupo Sex Pistols como estandarte principal.

Con lo anteriormente mencionado, podemos tener en cuenta las diferentes funciones que adquiere el maquillaje en cada época, donde se puede constatar la gran influencia de los aspectos sociales, económicos, rituales, medicinales y eróticos. Todo lo anterior desemboca en una muestra de identidad cultural y en reflejo del estilo de vida en las diferentes sociedades, como una forma de expresión.

 

Referencia:

https://www.historyofcosmetics.net/

https://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7851/arte_del_maquillaje_anti

https://fido.palermo.edu/servicios_dyc/proyectograduacion/archivos/797.pdf

https://fashionblogmexico.com/historia-del-maquillaje/

https://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2010/04/08/historia-la-cosmetica

 

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