Ginebra, un destilado popular
Claro que los dichos son un reflejo de la realidad, pero ninguno queda mejor para hablar de comida o bebidas como el de “En gustos se rompen géneros”. Aunque habrá personas que prefieran la cerveza, otras el whisky, siendo honestos la ginebra ha dado un paso de autoridad, desplazando a muchas de las bebidas típicas y la verdad es que casi siempre cae bien.
Su historia es curiosa, como todas las buenas historias, ya que su uso inicial no fue el recreativo, esta bebida vio la luz del sol como un medicamento para males digestivos y los referentes al riñón. Sus orígenes empezaron en Holanda aproximadamente en el siglo XVII, aunque lo justo es decir que en Londres adquirió su esencia y popularidad. Su nombre proviene de la cebada, maíz, enebro y centeno, activos principales de la bebida, aunque después se fue aromatizando y transformando, dándole múltiples sabores.
Para llegar a Londres tuvo que pasar de mano en mano o mejor dicho de boca en boca, fueron los militares quienes lo llevaron a sus campos de concentración para después llegar a lo más alto de los estándares sociales, principalmente reyes que quedaban asombrados con la bebida, de ahí que empezaran los problemas, oferta demanda. Imagina que tu producto favorito se populariza y todos los líderes mundiales quieren probarlo, eso le paso a la ginebra, tal era su demanda que los productores bajaban a menudo su calidad para poder llevar a cada parte de Londres y sus alrededores esta rica bebida.
El producto cayo tanto en calidad, que las tasas de mortalidad por beber este destilado se dispararon y con justa razón, había productores que vendían alcohol mezclado con agua. Las leyes fueron cambiadas para su elaboración y venta, se decidió que quienes vendían el producto no podían generarlo y quienes lo generaban no podían venderlo, así empezó el equilibrio. Del Gin Tonic se tiene que hablar si o si, pues la ginebra encontró otra forma de servirse gracias al agua tónica. Todo comenzó cuando un joyero llamado Johann Jacob Schweppe, en 1783, descubriera la forma de introducir burbujas de dióxido de carbono en el agua, para posteriormente incluir quinina en las sodas carbonatadas de naranja y que así naciera el agua tónica, hasta aquí teníamos media formula, el ponerle ginebra nace en los campos de guerra, cuando los soldados británicos festejaban su buen paso por la India, para festejar alguien decidió mezclar ginebra y agua tónica, desde ese momento nació para bien de los que gustan del alcohol el legendario Gin Tonic.