El Corcho

El Corcho

El corcho proviene de la corteza del alcornoque, pero lo mejor de todo es que no hay que derribar el árbol, sólo se extrae su superficie que es ligera, elástica e incombustible. Los principales productores de corcho en el mundo son Portugal y España, seguidos por Marruecos, Argelia, Italia, Francia y Túnez.

El corcho es muy apreciado por sus propiedades físicas de ligereza, impermeabilidad, elasticidad, aislamiento térmico y acústico. Durante la Edad Media en el norte de África y Europa, se usó el corcho para la construcción de féretros, así como para el recubrimiento de techos de viviendas. Comenzó a utilizarse en Grecia para cerrar las ánforas, lo cual posicionó al corcho como un elemento que es actualmente indispensable en una botella de vino.

Se dice que Dom Perignon, un monje benedictino en el siglo XVII, un día de primavera escuchó el estallido de una botella en los sótanos de la bodega, acudió al lugar donde el líquido quedó esparcido por el suelo y poniéndose de cuclillas lo probó para exclamar: ¡Estoy bebiendo estrellas! Fue entonces cuando comenzó con el método Champagne, nombre de la región de la abadía de Hautvilliers, donde Perignon se encargaba del vino.

Lo primero fue hacer botellas más resistentes con un vidrio más grueso para tolerar la presión de las burbujas en el interior. Después fue solucionar cómo tapar estas botellas. Dom Perignon recordó que había visto a unos visitantes del monasterio de Sant Feliu de Guixols, España, tapar sus cantimploras con corcho, y fue con este material que, agregándole una corona de alambres creada por él, pudo por fin domar y guardar a las estrellas que surgían de ese licor.

El tapón de corcho es un factor primordial en la maduración del vino en la botella, la cual queda herméticamente cerrada y aislada de la oxidación. Con la humedad –que se considera ideal a un 60% ó 70%- el corcho se conserva mejor y mantiene sus cualidades aislantes. Se originan todos los aromas en el vino tras la crianza en los alambiques.

Al igual que ha sido utilizado para la acústica en salas de concierto y estudios de grabación, en balizamiento de puertos, como aislante en maquinaria, en tacones para el calzado, en recubrimiento para construcciones, en pelotas de béisbol y corcholatas de refresco, el corcho es un extraordinario material que poco a poco ha sido remplazado por materiales plásticos que lo han sustituido, pero nunca igualado en su calidad.

Los alcornoques son prueba fehaciente de que el hombre puede extraer de la naturaleza lo que necesita sin necesidad de derribar. El corcho, además de sus propiedades físicas, es un material natural, biodegradable, y renovable.

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