Diego Rivera

Diego Rivera

“Con cabeza asiática sobre la que nace un pelo oscuro, tan delgado y fino que parece flotar en el aire, Diego es un niño grandote, inmenso, de cara amable y mirada un poco triste. Sus ojos saltones, oscuros, inteligentísimos y grandes, están difícilmente detenidos -casi fuera de las órbitas- por párpados hinchados y protuberantes como de batracio, muy separados uno del otro, más que otros ojos.

                                                                                         “Retrato de Diego” por Frida Kahlo

Para grandes personajes, grandes descripciones; de Diego Rivera se pueden decir infinidad de cosas, comencemos mencionando que nació un 8 de diciembre de 1886 en la ciudad de Guanajuato, estudió en Europa en la academia de Madrid, años atrás sus compañeros habían sido nada más y nada menos que José María Velasco, Felix Parra, Santiago Rebull, entre otros. Diego tuvo la oportunidad de aprender y convivir con los mejores artistas, por ejemplo, Adolfo Best Maugard y Pablo Picasso.

Amó a su tierra, a sus orígenes, así lo retrato en cada cuadro, en cada mural, en 1921 monta junto a otros personajes importantes de la época la primera exposición de arte en México, un año después crea su primer mural “La creación” después de eso pintaría distintos recintos importantes, entre ellos, la Secretaria de Educación Pública, Palacio Nacional, Palacio de Cortés, Hotel Reforma, Instituto Nacional de Cardiología y el Bosque de Chapultepec, por nombrar solo algunos.

Podríamos pasar horas hablando de los cuadros, murales y trabajos del gran Diego, pero queremos hablar de lo más importante para él, lo que más amo, Frida Kahlo.
Así lo hizo saber, cuando la artista mexicana falleció en 1955, Diego Rivera se limitó a decir; Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, ha sido mi amor por Frida, palabras que, aunque parecían pocas, abrían un universo de pasión.

Su historia de amor comenzó en la preparatoria donde Frida estudiaba, aquella chica se acercó al pintor y le pidió un consejo, Diego no solo le dio el consejo, también se había enamorado. Aunque Diego ya había estado comprometido antes y habría procreado una hija con Marevna Vorobe-Stebelska, en 1929 decide unir su vida en matrimonio con Frida.
Se tiene que decir, que fue una relación bastante toxica, llena de altas y bajas, intensa y libre..

Se amaban, eso era claro, el cariño entre los dos artistas se deja ver entre cuadros, murales y cartas. Pero su relación era complicada, entre infidelidades, tejieron sus historias, hasta que una infidelidad rompió con todo, Diego se habría enfrascado en un romance con la hermana de Kahlo, quien no soportó la situación y replantearon su relación, tomando la decisión de llevar un amor abierto, no podían seguir juntos, pero tampoco separados.

Se dice que Diego engañaba a Frida con importantes artistas de la época, mientras que Frida sostenía un romance con la cantante Chavela Vargas, aunque nunca se mencionó abiertamente. En 1937 León Trontsky llega huyendo de Rusia a México con apoyo de Diego Rivera, el mismo con el que Frida sostiene un romance.

Finalmente, en 1939 el divorcio se disuelve, aunque jamás perdieron contacto.

Diego rivera muere el 24 de noviembre de 1957.

Y podríamos ponerte mil imágenes que ilustren este texto, pero nada como un fragmento del texto “Retrato de Diego” que Frida Kahlo escribió para su querido amor, que narra perfectamente esta historia.

La forma de Diego es la de un monstruo entrañable, al cual la abuela, Antigua Ocultadora, la materia necesaria y eterna, la madre de los hombres, y todos los dioses que éstos inventaron en su delirio, originados por el miedo y el hambre, LA MUJER, entre todas ellas -YO- quisiera siempre tenerlo en brazos como a un niño recién nacido.

“Retrato de Diego” por Frida Kahlo

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