Chocolates Larín

Chocolates Larín era producido por la Fábrica Modelo de Chocolates y Dulces Larín y Compañía que se fundó en 1892, su planta de producción se ubicaba en la calle de los Arquitectos, hoy Miguel E. Schulz en la colonia San Rafael del D.F.

Fue una de las fábricas de golosinas más importantes junto con la Chocolatera La Azteca quien la compró en 1988 para después ser absorbida por Nestlé quien continua con su producción hasta la actualidad.

Si bien el chocolate es parte de los dulces más populares para los mexicanos, no siempre fue así, ya que anteriormente su consumo y sabor eran muy diferentes. La tradición del chocolate y el cacao ha estado presente desde la época prehispánica pero su uso era muy diferente.

Se sabe que los granos de cacao fueron utilizados por algunos pueblos como moneda de cambio, inclusive para comprar esclavos, lo que nos dice que era un producto muy codiciado. Estos granos también servían para preparar el xocoatl, una bebida amarga y energizante que se combinada con atole de maíz y pimienta para hacerlo más nutritivo, dentro de las élites mesoamericanas se endulzaba con miel lo que fue de gran agrado para los europeos recién llegados.

En las Cartas de Relación, Hernán Cortés habla sobre esta bebida, le narra al rey Carlos I (Carlos V de Alemania) que “una sola taza de esta bebida fortalece tanto al soldado que puede caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento”, de ahí su popularidad y pronta apropiación no solo de los soldados sino de toda aquella oleada de europeas llegados a América.

Llegó a tener tanto furor que Cortés mandó un cargamento de estos granos a Carlos I, a partir de ahí sería un producto muy recurrido por las cortes europeas, con la diferencia de que, ahora, se le agregaba azúcar para endulzarlo y especies orientales para aromatizarlo, dando como resultado el chocolate tal y como lo conocemos.

Este producto sigue estando en las mesas mexicanas, como ingrediente de diferentes platillos, por ejemplo el mole, como bebida o como golosina. La importancia del chocolate para la población mexicana es parte de su tradición y ahí radica la importancia de las empresas chocolateras dentro de nuestra cultura.