ANTONIO CASO, PENSADOR ILUSTRE MEXICANO
En el MODO recordamos al filósofo mexicano, Antonio Caso; a 132 años de su nacimiento, nos enorgullece su magistral obra y labor en favor de la educación.
Antonio Caso Andrade nació en la Ciudad de México el 19 de diciembre de 1883, en medio de un gobierno porfirista que enaltecía la paz y el desarrollo industrial. Desde muy joven reflejó la riqueza cultural que le infundió su familia, desempeñándose como orador, conferencista y articulista en la prensa.
La etapa más trascendente de su vida comenzó en 1909, cuando estableció una asociación civil junto con José Vasconcelos, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. El proyecto de los pensadores mexicanos se conoció como Ateneo de la Juventud y a través de reuniones y debates, buscaron replantear el proyecto ideológico y educativo que dominaba en esos tiempos; para ello, tuvieron que romper con el modelo que implementó Porfirio Díaz y desempeñar una nueva e inmensa labor en favor de la cultura y el arte.
A lo largo de su vida, Antonio Caso se desarrolló como catedrático en diversos centros de enseñanza, el filósofo estaba convencido de que la educación era el medio más efectivo para el progreso y el desenvolvimiento individual de los mexicanos. Fue profesor de geografía, historia, sociología, lógica, estética, ética, estudios filosóficos, metodología y psicología en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela de Altos Estudios. Su gran dedicación, no sólo lo llevó a la docencia, sino que también llegó a estar a cargo de la dirección de muchas instituciones educativas, entre ellas la Universidad Nacional (posteriormente Universidad Nacional Autónoma de México).
En 1920, Antonio Caso viajó como embajador extraordinario a distintos países de Latinoamérica. A lo largo de estas travesías fue galardonado con diferentes doctorados Honoris Causa, en las universidades de La Habana, Lima, Guatemala, Buenos Aires y Río de Janeiro. El pensador además fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y uno de los fundadores de El Colegio Nacional. Su legado quedó plasmado en obras como “La filosofía de la intuición”, “Problemas filosóficos”, “Discursos a la nación mexicana” y “México: apuntamientos de cultura patria”.