Porfirio Díaz, ¿redentor o verdugo?
Hoy se conmemora el natalicio de uno de los personajes más controversiales de la historia de México, Don Porfirio Díaz y para recordarlo, les compartimos un fragmento de una publicación de 1911, en la que Alfonso Barrera Peniche expone al general con la pregunta ¿Se puede ser redentor y verdugo al mismo tiempo?
El pro os designa con el glorioso nombre del héroe de la Paz, fundamento del progreso.
El contra con el de exterminador de las energías nacionales, por considerar esta paz forzada, envilecedora, como la paz de los sepulcros.
El pro dice que vuestro gobierno es el de la ley.
El contra, que es un gobierno personal, donde la ley es vuestra voluntad, lo que habéis conseguido centralizando el poder con el pan grande, por medio de la concordia o por el terror.
Mucho encomia el por, lo que habéis hecho en favor de las vías de comunicación, asegurando que ferrocarriles, teléfonos, telégrafos, han sido establecidos como venas y nervios de la industria nacional; pero el contra niega , cuando manifiesta que todas esas vías las habéis hecho para sofocar rápidamente una revolución que pudiera destronarnos; más que para bien del país, para vuestro provecho.
El pro canta con todos los tonos, el mino de la riqueza pública, de quien os designa como autor, y enumera la cuantiosa minería del país, el extraordinario fomento agrícola, las fábricas diversas, de la grande producción industrial, el establecimiento de grandes casas comerciales, de bancos diversos, de múltiples negociaciones económicas.
El contra lo reprueba todo, alegando que las concesiones a los extranjeros han sido ruinosas, porque los mejores gajes del país se les ha dado o se les ha vendido a los extranjeros, que ya son dueños de México, de los grandes negocios, de las grandes franquicias oficiales y que vender así es país, es tanto como vender a la Patria; pero que vos lo hacéis para que los extranjeros os apoyen como los apoyáis, a fin de que os entronicen indefinidamente.
El pro aplaude vuestra obra de progreso, al mencionar el embellecimiento urbano de toda la República, los palacios soberbios del dominio oficia, los monumentos levantados a la memoria de los héroes, los teatros suntuosos, las magníficas pavimentaciones de asfalto, el espléndido servicio público de la luz voltaica, las calzadas, los jardines, todo lo que da la nota característica de la civilización en los países cultos.
El contra rechaza todo esto como una añagaza de que os valéis para vestir con oropeles chillones la miseria de una Nación que según el decir de la prensa oficial, de los catorce millones de sus habitantes, como las cuatro quintas partes son analfabetos.
– Fragmento de “El Verdadero Porfirio Díaz” editado por Alfonso Barrera Peniche para la Imprenta de “Redención” , un periódico de combate independiente publicado en México en 1911.
Y ustedes, ¿qué opinan? Después de cien años de muerto, la historia sigue sin determinar un juicio para este personaje.