Este objeto es de mis padres, el exprimidor de jugo eléctrico que compraron después de algunos años de usar uno manual. A diferencia de los pocos privilegiados que han estado recluidos en casa, con todas las comunidades que los servicios a domicilio proporcionan, la familia ha llevado una cuarentena híbrida, dentro de casa, estudiando y trabajando al mismo tiempo que viajando a la Central de Abastos por insumos y atendiendo clientes; el negocio no puede parar, no por necedad sino por necesidad. Cómo muchas otras personas y máquinas, la de mamá y papá nunca, nunca se detiene, a pesar de estar entre la espada y la pared, a pesar de los vecinos, amigos y familiares enfermos o fallecidos, o de la amenaza de que tú probablemente los puedas acompañar. No hay elección, ellos se encomiendan a Dios, son precavidos a pesar de la incomodidad o el desaire, si enfermas todo se acabó, pero si dejas de trabajar, también.