30 de abril. Día Internacional del Jazz
El jazz más que un estilo es una actitud. Una visión hacia la existencia que provino de un pueblo desarraigado integrado por africanos esclavizados en territorio americano. Los impulsivos cantos durante las interminables jornadas de trabajo dieron origen a los Spirituals y Gospels Songs que adaptaban a su forma los cánticos anglosajones.
Nació una manifestación pura y auténtica difícil de contextualizar en un marco histórico, pues no sería un pleno ejercicio de justicia situar al jazz como “surgió durante…” o “después de…”. Constituye una visión de la música que proviene de la existencia propia: “Si la música está hecha de tus experiencias, de tus pensamientos y de tu sabiduría, tienes que vivirla. Si no la vives, no saldrá nunca del instrumento”, decía Charlie Parker.
Una expresión que fue evolucionando hacia los hallazgos tonales y las posibilidades de los propios instrumentos. “Puedes tocar con el cordón de un zapato si lo haces con sinceridad”, declaraba John Coltrane. La música jazz manifestaba la melancolía del alma y relataba historias. Uno de los nichos donde encontró lugar para crecer fue Nueva Orleans, antigua colonia española y francesa que se convirtió en un punto álgido de creación musical.
Desde los antecedentes con el work song, el blues y el ragtime, hasta estilos desarrollados como el Dixieland, el Chicago y el Swing, el jazz constituye una perspectiva estética que provino del espíritu humano hacia el desarrollo avanzado del lenguaje musical. Una de las manifestaciones artísticas que junto con Schoenberg, Bartok y Stravinsky –según el musicólogo William W. Austin- está íntimamente vinculada a la cultura del siglo XX.
La fecha del 30 de abril fue proclamada por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 2011 como el Día Internacional del Jazz, pues el carácter libre de esta expresión artística rompe barreras y crea oportunidades para la comprensión mutua y la tolerancia, reduce la tensión entre los individuos, los grupos y las comunidades, fomenta la igualdad de género, promueve la innovación artística, estimula el diálogo intercultural y facilita la integración de jóvenes marginados.
Las instituciones, los gobiernos y las sociedades que participan en este evento -que está integrado por interpretaciones en vivo de músicos legendarios- expresan la idea de que el jazz, es más que un estilo musical, también contribuye a la construcción de sociedades más incluyentes.
El arte trasciende las fronteras del tiempo y se constituye como un vínculo para el entendimiento de la diversidad cultural en la civilización.