Restauración de Máscara: EL VILLANO I

Restauración de Máscara

El Villano I de nombre José de Jesús Díaz Mendoza, fue uno de los cinco hijos de Ray Mendoza en dedicarse a la Lucha Libre. Él comenzó a entrenar junto con  su hermano, mayor Alfredo, que sería conocido como el Villano II.  A principios de los años sesenta,  su padre era un campeón de peso ligero muy popular, viajaba constantemente por todo México haciendo giras, no pudo encargarse del entrenamiento de sus hijos. Este entrenamiento corrió a cargo de Bobby Bonales, un gran luchador de los años cincuenta.

El debut profesional como luchador de José de Jesús fue en 1969, en la Plaza De Toros La Aurora en Ciudad Neza, a escondidas de su padre. Cuando su padre se dio cuenta de esto les exigió que si querían ser luchadores deberían de estudiar y entregarle un título. El Villano I se graduó como profesor de educación física a finales de los años sesenta, volviéndose profesor de la Escuela Nacional de Educación Física, y llegando a formar parte del equipo preolímpico de lucha grecorromana mexicano.

En los años siguientes lucharía junto a su hermano Alfredo, con diversos nombres: Bestia Negra I y II, Los Búfalos Salvajes, el Toro y finalmente el Villano, el cual cambiaría a Villano I y es entonces cuando sus hermanos adoptan el nombre de Los Villanos. La primera máscara que usó el Villano I era de color negro con un antifaz dorado, similar a la máscara de Blue Demon. Este diseño se cambiaría poco después por el más conocido, de líneas entrecruzadas color rojo y rosa sobre un fondo morado, característico de la dinastía de los  Villanos.

Villano I y Villano II comenzaron a luchar para la EMLL en 1970, empresa en la cual trabajaba su padre, ganando el Campeonato de Parejas de la Arena Coliseo ese mismo año. Pronto se les uniría su hermano Arturo, el cual sería conocido como el Villano III. En 1975 Ray Mendoza, Francisco Flores y Benjamín Mora Jr.  forman la Universal Wrestling Association ó UWA, también conocida como Lucha Libre Internacional. Esta empresa fue una de las primeras y únicas competidoras de la EMLL a lo largo de los años setenta y ochenta. En la UWA lucharon personajes ya conocidos como Karloff Lagarde, René Guajardo y el propio Ray Mendoza, junto a luchadores jóvenes que después serían muy reconocidos como: Dos caras, Canek, el Perro Aguayo, Fishman y el Villano III. La principal sede de la UWA fue El Toreo de Cuatro Caminos.

Durante los años ochenta las luchas de tríos tuvieron un auge tremendo con exponentes como los Brazo, Los Misioneros de la Muerte y los propios Villanos.  En 1983, debutarán el Villano IV y el Villano V uniéndose a el Villano I en las luchas de tríos. En 1986 Villano I derrotó a Fishman, ganando el cinturón del Campeonato Mundial Semi Completo de UWA, cinturón que también ganaron su padre, Ray Mendoza y sus hermanos Villano III y Villano V.

En los años ochenta los Villanos tuvieron una gran rivalidad con Los Brazo, otra de las dinastías luchísticas más importantes de la época. El 21 de octubre de 1988 en la Arena Monumental en Monterrey Los Villanos derrotaron a Los Brazo, en una lucha de apuestas, perdiendo la máscara estos últimos. Este encuentro es considerado uno de los más importantes dentro de la Lucha Libre Mexicana y ha sido llamado El Cañonazo del Siglo. Durante los años noventa la UWA vivió tiempos difíciles, ya que muchos de sus luchadores estrella se retiraron de la empresa y tras la aparición de la empresa AAA la competencia se volvió más ardua. La crisis económica y la devaluación del peso de 1994 obligarían a la UWA a cerrar sus puertas.

Durante su carrera, el Villano I ganó distintas máscaras en diversas luchas de apuestas, siendo los más importantes las de Condor, Scorpio Jr., Azteca de Oro, El Infernal I, Zorro Plateado, El Broncas,  la de los Brazos (Brazo, Brazo de Plata y Brazo de Oro) y los Mercenarios Americanos y las Cabelleras del Exótico Sharon, Javier Meza, Pedro Neves, Luis Mariscal, entre otras. Después de la muerte de su hermano, el Villano II, en 1989 el Villano I pierde el interés por luchar  y se convierte en profesor de lucha libre y solamente de vez en cuando se le veía en arenas de la República. a partir de esta fecha El Villano I fue profesor de Lucha Libre en muchos gimnasios, como en el gimnasio de la Arena Toluca, el Deportivo Oceanía, el Centro Social de Aragón y el gimnasio Gloria en el barrio de Tepito. La mayoría de los nuevos talentos de los años 90 en la UWA, fueron entrenados por el Villano I. El Villano I murió el 4 de enero de  2001 a consecuencia de un paro cardíaco provocado por una hemorragia cerebral. En su funeral se presentaron grandes estrellas de la Lucha Libre para rendirle tributo: Los hermanos Brazo, El Perro Aguayo, Universo 2000, Ringo Mendoza, Cien Caras, entre otros.

El Villano I formó parte de una de las dinastías luchísticas más importantes de todos los tiempos, dejando un gran legado.

 

Restauración de una Máscara de Lucha Libre: El Villano I

El pasado mes de febrero la restauradora Lizeth Mata concluyó el proceso de restauración de la primera máscara usada por el Villano I, perteneciente a la colección de Christian Cymet. Esta máscara presenta una cubierta de un material sintético que simula el terciopelo, originalmente en color negro. Las aperturas de ojos, nariz y boca están rematadas por un borde de piel en color dorado. A simple vista era evidente el deterioro: rasgaduras y faltantes, invasión de hongos y microorganismos y la excesiva rigidez del soporte textil. La máscara fue sometida a diversos procesos de restauración para garantizar su conservación. El primer proceso fue una limpieza mecánica, para retirar todos los materiales ajenos que pudieran dañar activamente los materiales constitutivos de la pieza. El segundo proceso realizado fue la aplicación de un fijativo orgánico, para detener el desprendimiento del material de cubierta, permitiendo la manipulación cuidadosa de la pieza sin dañarla. Como proceso final, se le colocó a la máscara una cubierta de crepelina de seda en color negro, la cual permite una unidad visual, así como dar soporte a los tejidos  a pesar de las partes faltantes. 

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