Medicina con historia

Medicina con historia

Cuántas veces no hemos presenciado una plática de nuestros familiares donde el tema principal suelen ser los juguetes, o dulces, o botellas, o algún producto del siglo pasado pero, ¿nos hemos puesto a pensar cómo eran? ¿para qué se usaban? ¿de dónde venían?

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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La quinina fue usada hasta 1930 por E.W. Groove, fundador de la Paris Medicine Co., para combatir la malaria en Carolina del Norte, y famosa entre los soldados que viajaban a lugares llenos de mosquitos.

Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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  • Bromo Quinina: en la etiqueta podemos ver que dice “contra el dolor de cabeza y gripe”, pero no fue éste el primer uso y la razón por la que se creó.

La quinina fue usada hasta 1930 por E.W. Groove, fundador de la Paris Medicine Co., para combatir la malaria en Carolina del Norte, y famosa entre los soldados que viajaban a lugares llenos de mosquitos.

Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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  • Alcacyl: éste contiene ácido acetilsalicílico que se ha usado alrededor de 80 años para aliviar el dolor.  Es creado por la Paris Medicine Company cerca de los años 30’s.
  • Bromo Quinina: en la etiqueta podemos ver que dice “contra el dolor de cabeza y gripe”, pero no fue éste el primer uso y la razón por la que se creó.

La quinina fue usada hasta 1930 por E.W. Groove, fundador de la Paris Medicine Co., para combatir la malaria en Carolina del Norte, y famosa entre los soldados que viajaban a lugares llenos de mosquitos.

Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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Lamentablemente hay poca información sobre productos extranjeros en México, pero se ha podido rastrear un poco los orígenes de algunos productos medicinales como el “Alcacyl” o el “ácido bórico”.

  • Alcacyl: éste contiene ácido acetilsalicílico que se ha usado alrededor de 80 años para aliviar el dolor.  Es creado por la Paris Medicine Company cerca de los años 30’s.
  • Bromo Quinina: en la etiqueta podemos ver que dice “contra el dolor de cabeza y gripe”, pero no fue éste el primer uso y la razón por la que se creó.

La quinina fue usada hasta 1930 por E.W. Groove, fundador de la Paris Medicine Co., para combatir la malaria en Carolina del Norte, y famosa entre los soldados que viajaban a lugares llenos de mosquitos.

Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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Lamentablemente hay poca información sobre productos extranjeros en México, pero se ha podido rastrear un poco los orígenes de algunos productos medicinales como el “Alcacyl” o el “ácido bórico”.

  • Alcacyl: éste contiene ácido acetilsalicílico que se ha usado alrededor de 80 años para aliviar el dolor.  Es creado por la Paris Medicine Company cerca de los años 30’s.
  • Bromo Quinina: en la etiqueta podemos ver que dice “contra el dolor de cabeza y gripe”, pero no fue éste el primer uso y la razón por la que se creó.

La quinina fue usada hasta 1930 por E.W. Groove, fundador de la Paris Medicine Co., para combatir la malaria en Carolina del Norte, y famosa entre los soldados que viajaban a lugares llenos de mosquitos.

Ahora sabemos que la Quinina tiene propiedades que ayudan a disminuir la fiebre, combaten la malaria y ayudan con los dolores.

Cabe mencionar que la Compañía que se menciona arriba no es la misma que la Farmacia París que tenemos en el centro de la CDMX, ésta fue fundada por Ignacio Merino Martínez en 1944 y la sucursal principal y original se encuentra en la esquina formada por 5 de febrero y República del Salvador.

  • Ácido Bórico: se puede encontrar de forma natural y en pequeñas proporciones en el agua de mar, árboles y frutas. Fue descubierto por el químico holandés Wilhelm Homberg en 1702.

 

El uso más cotidiano que se le daba era para conservar leche, huevos, margarina, carne y sobre todo pescado porque evitaba el oscurecimiento de las cabezas, pero irritaba el intestino, la piel e inhibía el crecimiento en los humanos, por lo que fue prohibido en 1983.

Desde el siglo pasado hasta la fecha se sigue usando para curar el pie de atleta, acné, quemaduras leves, duchas vaginales, y como insecticida para eliminar cucarachas, termitas, hormigas y pulgas.

  • Aguas medicinales de Gueslaga, Cestona: Es muy probable que al ver el agua embotellada con la etiqueta “agua medicinal” uno piense que le están timando, pero lo cierto es que ésta agua que proviene de los manantiales “San Ignacio” y “Nuestra Sra. De Natividad”, en el país vasco de España. Tienen propiedades curativas debido a las sales y minerales que en ellas se han encontrado, y ayudan al estómago, reumatismo, gota, neurosis, clorosis, litosis, hígado, páncreas y bazo.

El primero en darse cuenta fue el Marqués de San Millán, quien en 1760 era propietario del ahora Balneario de Cestona. Sus perros se bañaron en estas aguas y fueron curados de sarna. Una vez dieron cuenta de ello explotaron los manantiales y el agua fue embotellada y distribuida hasta mediados del siglo XIX. Actualmente es un balneario en que se puede visitar y encontrar una amplia variedad en tratamientos corporales.

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