Materiales para envase y empaque: Metal

Materiales para envase

La historia del metal como material de empaque inicia en el siglo XVIII. En Londres, el tabaco se vendía en latas de hojalata y se cobraba según el peso. La hojalata es el material metálico más usado para la fabricación de envases. En un principio esta palabra designaba un material que era hierro cubierto de estaño, pero con el tiempo el hierro fue sustituido por acero.

La comida enlatada surge a principios del siglo XIX como un método para preservar los alimentos de los soldados de Napoleón. Con el paso del tiempo, su uso se expandió, estableciéndose como una industria. Los primeros modelos de lata estaban hechos de una sola pieza, doblada en forma de cilindro, y se abrían con un cincel y un martillo.

El repujado fue una de las primeras formas de decorar el metal. Se utilizaba para poner palabras o diseños poco detallados, y aunque era permanente, se empleaban más comúnmente las etiquetas de papel.

A finales del siglo XIX se introduce la litografía en Offset. El proceso consistía en dibujar el diseño sobre una piedra caliza pulida para después imprimirlo en un lienzo de cartón vidriado y desplazarlo inmediatamente a las hojas de metal.

El primer uso que se le dio a los tubos de metal como empaque fue para guardar óleos, a mediados del siglo XIX. Antes, los pintores guardaban sus pinturas en vejigas de cerdo y las ataban con una cuerda para que no se filtrara el aire. Para principios del siglo XX se envasaban en tubos de metal dentífricos, jabones, cremas de afeitar, tintas y pomadas.

 

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